Durante el proceso de fabricación de un auto, el acabado final de la pintura y pulido ha cambiado con el paso del tiempo.
Actualmente las maquinas evitan desperdiciar pintura; sin embargo, en las fábricas antiguas los coches eran pintados a mano, lo que provocaba acumular capaz y capaz de pintura, que tras ser expuesta a altas temperaturas generaba grandes y duras piedras de colores.
Estas piedras preciosas son llamadas “Fordite” o conocidas como Ágata de Detroit, que son piezas de pintura endurecida cerca de la fábrica de Ford, las cuales son cortadas y pulidas para crear joyas especiales.
La leyenda urbana cuenta que los trabajadores de la planta de Detroit tomaban las piezas en sus loncheras y las llevaban a sus casas como recuerdo para sus esposas o hijos.
Actualmente el material ha sido reciclado como eco-friendly de la joyería. Sin embargo, no sólo son bellas piezas sino cada una, muestra la edad y antigüedad de la pieza, ya que la pintura de un coche era objeto de tendencias cada año.
Así en la década de 1940 los coches eran en su mayoría de color negro o marrón, mientras que en la década de 1960 comenzó una era de lacas de colores.
En la actualidad existe una cantidad finita de Fordite en el planeta, que han sido transformadas en joyas como anillos, aretes, mancuernillas, piedras preciosas, dijes, entre otros accesorios.
Debido a la facilidad para cortar y pulir las ágatas de Detroit, son piedras codiciadas en el mercado artesanal por su apariencia única y pasado automotriz.
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